De nuevo anclados en la época dorada del rock de alto octanaje, los 70's parecen volver a la vida escuchando a estos jóvenes dinosaurios del rock, recordándonos cada vez menos a sus maestros y poniéndole un mayor empeño en sonar, dentro de los cánones estándares que dicta el rock de esa época, algo más personales y originales para desmarcarse del ineludible estigma de bandas como tan importantes y reconocidas como Led Zeppelin, Deep Purple, Black Sabbath o Pentagram por nombrar al gunas de las influencias más patentes en su música.
Capaces de tirar del groove más cavernoso y visceral o envolverse del dramatismo más melancólico y conmovedor los Graveyard han vuelto a componer uno de los mejores catálogos de rock atemporal que podréis escuchar a lo largo de este muy frutífero 2011. Tanta es su genialidad que, con el permiso de la banda de los hermanos Robinson, hacía años que no recuparaba con tanta credibilidad esas sensación de rock intravenoso y añejo que tan bien transmiten los de Gotenburgo. Blues, hard rock, jazz, folk, metal tocados como si de los propios dioses de los 70 se tratara Graveyard se merecen convertirse en los auténticos salvadores de la época dorada del rock.
